Esto nos obliga a hacer, como le he dicho a Raquel, un plan de viabilidad. Es deformación profesional, y no tiene mucho sentido, lo estamos haciendo "a posteriori". Bueno, llamemoslo entonces plan de acción.
Nuestro plan de acción tiene que cubrir muchos aspectos, hay que desarrollarlo, porque este nuevo miembro (o miembros, aunque en ese caso el lío sería similar), nos obliga a cambiar muchas cosas de nuestra organización familiar. Antes que nada, hay que tener en cuenta unas cuantas premisas:
- Vivimos en un chalet adosado al norte de la comunidad de Madrid. Es razonablemente grande, hay sitio para todos. Hemos hecho obra hace apenas un mes, renovando cocina, suelos, paredes..., lo que hemos de hacer ahora es reorganizar el uso de las habitaciones, para que quepamos todos. En principio, los tres peques van a seguir durmiendo juntos, les encanta, y además están más controlados. De todas formas, la reorganización debe permitir que sea más manejable todo, sobre todo para Raquel, ya que
- Yo trabajo fuera de España. De cada 3 o 4 semanas, sólo paso una en casa, aparte de los fines de semana, que siempre regreso. Normalmente, paso las noches de viernes, sábado y domingo en casa, y las otras fuera, salvo la semana que me toque en España, que paso todas las noches con la familia. Sumando esto, más festivos y vacaciones, se puede decir que paso algo menos de la mitad de las noches fuera, algo más de la mitad con la familia. No es algo, además, que sea posible cambiar a medio plazo, hay que organizar todo con esa consigna. Por experiencia, y de cara al primer medio año de vida del bebé, esto es un problema importante. Dado el tiempo que Raquel está sola, tiene que tener todo facil, cómodo, ordenado, y aparte hay que analizar si necesitará ayuda permanente, aunque sea unos meses, justo antes del parto y ese medio año fatídico posterior a los hechos.
- El colegio de los niños está en la ciudad de al lado, a unos 12 km. Eso supone, entre idas y vueltas, más de cincuenta kilómetros diarios para Raquel (los 3 están en el mismo colegio a partir de septiembre). El año pasado compramos un Scenic muy majo, de 5 plazas, que nos venía perfecto, con un consumo ridículo, comparado con el Chrysler Voyager que teníamos antes, que consumía un pozo petrolífero por mes él solito, pero que tenía 7 plazas. Ay, como la vamos a echar de menos, la "fregoneta"... En la Scenic, los 6, sencillamente no vamos a caber. Habrá que ver si utilizamos dos coches, siendo el otro un viejo 206 del padre de Raquel, y nos apañamos siempre así, (porque es bien cierto que la mayor parte de los traslados semanales puede hacerlos Raquel con el Scenic, y el ahorro en combustible es importante), o compramos además un 7 plazas, razonablemente barato, para cuando nos tengamos que desplazar los 6, con lo que podría tener ya una cierta cantidad de kilómetros, o vendemos el Scenic y compramos el 7 plazas en un estado óptimo, porque serviría para todo, y además no demasiado largo para qeu quepa bien en el garaje. Esto fue un problema con el Voyager, por que aparcarlo no era tarea facil, ni mucho menos, R lo dejaba la mayor parte de las veces directamente aparcado en la calle. Tenemos todas las opciones, pero cada vez que uno compra o vende un coche, pierde dinero, es ley de vida. Qué poco tino hemos tenido con la compra del Renault, caramba.